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CASA OMETEOTL.
Subí una cuesta, encontré un monolito que abrazaba dos árboles; ¿Qué es ese olor exquisito?, que me atrajo a las sombras, es una flor aromática. La luz me invita a cruzar el portal, frente a mis ojos, el fuego, el viento, el agua, la tierra y en medio de todo, la luz.
Subí y subí hasta lo alto, desperté entre los árboles, sin frío. Que grata experiencia estar aquí, es como un templo, para el alma y el cuerpo; lo mejor fue sentir el aire en la cara.





















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